miércoles, 19 de mayo de 2010

La belleza del mundo, pensar

"Las matemáticas poseen no sólo la verdad, sino la suprema belleza, una belleza fría y austera, sin atractivo para la parte más débil de nuestra naturaleza." (Bertrand Russell)

Decidido, voy a estudiar matemáticas y física. Luego, si me es posible, me gustaría estudiar filosofía. Sé que pido mucho y que lo que me planteo es difícil, pero como alguien dijo alguna vez, soñar es gratis. Así que ya se pueden ir por ahí las aburridas ingenierías (y el dinero que podria llegar a ganar con ellas), que yo voy a aprender a pensar. Voy a aprender a descifrar el mundo, a conocer lo que es la belleza.

martes, 18 de mayo de 2010

Ajedrez



Mi pieza favorita es la torre. Me gusta como surca el tablero de lado a lado, arrasando con toda pieza que encuentre delante. La dama blanca también me gusta, pero es más traicionera, más ambiciosa. La dama es libre, y la libertad sin control es perjudicial, es libertinaje. Es por eso que, a los jugadores principiantes como yo, les aconsejan cambiarla rápidamente. A mí no me gusta hacerlo, porque la dama blanca es mi símbolo. Yo soy poder, soy ambiciosa, soy traicionera. Me encantan las descubiertas y las clavadas, jugar sucio. "El fin justifica los medios" solía decir. Y he aquí el mayor problema. Sobre la dama recae demasiado peso como para dejarla actuar a su antojo. Básicamente todo el tablero depende de las dos damas, y si la dama blanca cae, todas las piezas blancas caen con ella. La dama blanca tiene responsabilidades, prioridades que se deben respetar. Desarrollar los alfiles, caballos y torres. Dominar el centro con los peones. La dama blanca, aún siendo la más poderosa, la más libre, la más convincente, necesita de unos mínimos para poder sobrevivir. Porque hasta el ser más maligno, repugnante y sin escrúpulos del tablero, necesita de unos apoyos, de unas pautas. Y es aquí cuando entra en juego el rey. El rey es la ley, los derechos y los deberes de cada pieza. Si la dama no obedece al rey, si no lo respeta y lo protege, acaba caída, haciendo caer con ella toda la sociedad. Entonces queda claro que la dama debe ser cuidadosa y responsabe, a la par que poderosa y libre, siendo por tanto, el rol más difícil de llevar. El fin no justifica los medios, así queda establecido. Es por eso que los peones son más numerosos, las piezas más inofensivas y más débiles. Sin embargo, los peones son damas blancas en potencia. En realidad son mejor-damas en potencia. Cuando el peón, sino es destruido por el camino y llega a la fila 8 tras atravesar todo el tablero, es coronado con un nuevo rol, llegando a evolucionar. La promoción del peón nos brinda nuevas damas, y digo mejor-damas porque éstas ya no juegan un papel tan difícil en el tablero. Al haber crecido a lo largo de la partida, estas mejor-damas no son tan irresponsables como la dama original. ¿Por qué? os preguntaréis. Porqué como dijo Hobbes, "El hombre es un lobo para el hombre", las piezas de ajedrez son sociales, se necesitan unas a otras para lograr su objetivo, necesitan una educación. ¿Qué es un caballo sin un alfil? ¿O una torre sin su compañera? Nada, señores, las piezas por ellas solas no són nada. Rey versus rey acaba en tablas, no hay nada que hacer.


Pero mi pieza favorita es la torre, no por gusto sinó por comodidad. Y es que la torre blanca no tiene la responsabilidad de la dama. La torre acecha en la sombra, custodiada por peones. Amiga del rey, es menos alocada que la dama, más protectora y ayuda todo lo que puede a sus piezas. Es, junto a su compañera, la pieza más poderosa después de la dama. No suele salir de su guarida hasta el final de la partida, cuando ya el peligro ha pasado. Es la pieza más fiel, pues se expone al enemigo por cubrir a su rey enrocándose. La torre es una pieza noble y cuando la dama y los peones fallan, las dos torres blancas son las encargadas de dar el jaque mate.


Porque yo, en el fondo, no soy ni una dama ni un peón. Soy una torre, cobarde, fría y vaga. Cobarde por no atreverme a salir de mi escondite, fría por no arriesgarme a mostrar mi yo, vaga por no querer esforzarme por mejorar. No obstante, a la vez soy fuerte, poderosa y traicionera. Soy una torre frustrada, una torre que quiere ser dama pero sin pasar por la etapa de peón.

Inauguración, primeras línias y el Poema 20

" Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".


El viento de la noche gira en el cielo y canta.


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.



Un blog que no es anónimo, pero lo pretende. No será popular, solo llegarán a él aquellas personas que lo hagan por pura casualidad. No sé si les gustará, si lo volverán a visitar o si quiera, si lo leerán. Pero aquí seguirá oculto entre otras páginas, entre miles de millones de enlaces en la red. Siendo, para una servidora, un medio de desahogue y ejerciendo, a su vez, como un pozo de reflexión.



En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.


Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.


Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como pasto el rocío.



Descubro el Poema 20 hace ya un año, leyendo una antología de poesía castellana para el instituto. Al principio no llamó mi atención pero el profesor hizo una buena reseña sobre los versos de Neruda, provocando que en casa los analizara varias veces. En el examen de literatura castellana cayó el que por aquel entonces ya era mi poema preferido, hecho que ayudó a mi buena nota. Gracias doy a mi profesor por ayudarme a descubrir Veinte poemas de amor y una canción desesperada.



Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.


Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.


Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.


La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.


Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.



Pablo Neruda, el gran poeta chileno, ha cautivado mi gusto y mi corazón. Aficionada a la lectura, encuentro en sus versos algo más que simples palabras. Es por tanto, mi autor poético preferido así como también lo es el poema que aquí plasmo, el cual me parece perfecto para empezar mi nuevo blog.



De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.


Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.


Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.


Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. "





Y aquí termino por hoy.
Inaugurado queda este blog con esta entrada.