sábado, 16 de febrero de 2019

Introducción al caos (Parte III)

(Kauai está donde estés tú. Pero, ¿y si no estás?)

Me dueles. Cada puto minuto de mi existencia me dueles. Supongo que nunca supiste como soy, como soy contigo, lo que significas para mí. Y no sé, no sé nada. No es culpa tuya, por favor nunca pienses que es por ti. Soy yo, estoy demasiado rota por dentro. Soy yo, que creí ingenuamente que eras tú quien me arreglaría. ¿Sabes qué? En cierta forma lo has hecho. Me has hecho entenderme un poco más, aunque tampoco quisiera hacerlo. Pero aunque me negara, era algo que tenía pendiente. Es gracias a ti que me ha vuelto a ilusionar vivir, aunque ahora esté en la más absoluta mierda. Porque sí, ahora mismo no tengo ganas de reír, y no pasa nada con eso, ya estoy acostumbrada a ello. Pero también hay algo nuevo, algo que no sentía desde hacía muchísimo tiempo. Hoy quiero hacer cosas, hoy quiero estar bien. Y esto, ha sido por ti. Me has obligado a tener ganas de vivir, me has forzado a encontrar un motivo por el cual levantarme. Hace un año, el verano pasado, ayer, eras tú. Pero hoy soy yo. Aunque me duela, aunque llore. Porque si duele, si soy capaz de sentirlo, de ser consciente de ello, es porque de verdad anhelo no seguir así.

Y no, no me has arreglado. Eso era imposible. Pero es gracias a ti que sé que puedo y que quiero hacerlo por mí misma.

Gracias por eso que haces sin ni siquiera darte cuenta. Gracias por hacerme consciente de que soy capaz de volar. Gracias por haber volado conmigo. Pero sobretodo, gracias por hacerme ver que tengo la capacidad de volar sola.

Hoy es un día triste. Es triste porque una parte de mí te dice adiós. Y sí, siempre he odiado las despedidas. Incluso cuando sólo tengo que despedirme de un sueño. De tu sueño, que ha sido, durante este tiempo, también el mío. Mi Kauai eras tú. Ahora me toca encontrar uno que sea propio, y sé que puedo hacerlo. Mi Kauai está dónde yo quiera que esté, y estoy deseando ponerme a buscarlo.


(3 dumplings and you)


Espero que cuando lo encuentre, esté cerca del tuyo. Porque eso sí, nunca me voy a poder acostumbrar a los meses malos.